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| | El camino a la sexualidad placentera | | Educar para el placer |   |
Sexualidad es la búsqueda del placer a través de relaciones afectivas con otras personas que nos provocan bienestar.
No es solo genitalidad, no es solo reproductiva, aspectos estos comunes a los demás seres vivos y que garantizan la sobre vida de la especie sobre la tierra. Comienza con la menarca y finaliza con la menopausia en la mujer y la enarca y finaliza con la muerte en el varón.
En cambio la sexualidad placentera, inherente a los humanos, nace y muere con nosotros, se manifiesta de diferentes maneras en las etapas de la vida: niños/as, púberes, adolescentes, adultos y adultos mayores.
La crianza va a ir completando lo que traemos al nacer, la identidad sexual, los roles de género, el comportamiento sexual, el erotismo. Esto acontece básicamente con los estímulos placenteros y/o displacenteros que recibe el niño/a, especialmente en los primeros años de vida.
Los mensajes familiares, sociales y culturales contribuyen con mucho peso en este sentido. Los castigos, los silencios, los mitos, los prejuicios producto de una cultura que pretende controlar los comportamientos sexuales y rotularlos como “normales” y “anormales”.
Los registros sobre enfermedades, abortos, embarazos no planificados, abuso sexual, etc., se obtienen a través del sistema de salud porque es dónde se observan las consecuencias y nos comenzamos a preocupar y en el mejor de los casos a “ocupar”.
Es lamentable, pero los temas sobre sexualidad ingresaron en las instituciones educativas, de salud y otros organismos del estado, por medio de las consecuencias de la falta de información y educación sexual adecuada que significa personal que además de su formación profesional de base, tengan formación Sexológica. De esta manera nos aseguramos poder llegar a todos/as los cuidadanos/as. No podemos trabajar en un tema tan complejo desde “la buena voluntad” o desde aspectos parciales que ofrecen diferentes creencias y disciplinas científicas en forma parcializada. Menos aún desde nuestra “Sexosofía” que es el conjunto de conocimientos que tenemos, más la suma de experiencias personales, creencias, mitos y prejuicios.
Nos proponemos hacer un abordaje saludable, que lleve al bienestar, la comunicación, el afecto y el placer; y desde ese lugar hacer prevención de las complicaciones que acarrea la falta de información y educación.
Con una adecuada educación de la sexualidad desde el hogar, las instituciones educativas, de salud y medios de comunicación, podríamos evitar o disminuir los problemas que se ven en el sistema de salud, que deberíamos prevenir desde la educación.
Educar en sexualidad es educar para el disfrute del cortejo, la seducción, la intimidad, la comunicación, las relaciones sexuales, fortalecer los vínculos amorosos, planificar una familia pudiendo decidir libremente cuando y cuantos hijos deseamos tener.
Poder tomar libremente la decisión de tener o no relaciones sexuales, de decidir con quien, en que momento, en que lugar, pero no con la carga de la culpa, la prohibición; sino con el convencimiento que el postergar va a posibilitar una sexualidad adulta más placentera, con menos disfunciones sexuales, las cuales comienzan por lo general en esta etapa de la vida sexual de las personas precisamente por la falta de conocimiento.
Tenemos mucho para aprender, el varón por ser varón no tiene la obligación de saberlo todo, la mujer por ser mujer no debe ser un objeto silencioso y que si puede decir “no se”.
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