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| | Es una de las frases que nadie quiere escuchar, ni hombre, ni mujer. Pero ambos lo padecen en algún momento por varias circunstancias.
Por Norberto del Pozo, Sexólogo | | Dr. Norberto Del Pozo |
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Esta frecuente queja referida por los maridos, como respuestas a sus solicitudes sexuales (enmascaradas muchas veces con el “típico dolor de cabeza” o “estoy muy cansada”), manifiesta que no se tiene deseo sexual.
Cuando se hace recurrente y persistente significa que disminuyó el deseo, y es frecuente causa de conflictos entre los miembros de la pareja.
En el hombre casi nunca se notaba la de deseo, por un lado porque era tarea del varón buscar sexo (y lo hacía cuando tenía ganas) y la mujer acataba simplemente. Si el no buscaba, ella no debía pedir (educación machista, dobles códigos morales, entre otros) pero en estos tiempos la mujer se anima a pedir y el varón pone en descubierto que también a veces le “duele la cabeza” o está muy cansado.
Cuando sucede seguido esto, comienzan los problemas, algunas veces se aceptan las excusas pero muchas veces aparecen dudas sobre posibles infidelidades o falta de afecto o no despertar deseos en el otro que complica la relación. Hay algo que las personas no sabemos o no entendemos: que las necesidades sexuales de uno pueden ser diferentes que las del otro y no significa que amemos menos a nuestras parejas.
Hace muchos años atrás, las mujeres no consultaban por temas sexuales, salvo los relacionados con su fertilidad, luego, la consulta más frecuente en la mujer era la falta de orgasmo y en estos tiempos, la falta del deseo es el motivo del 50 por ciento de las parejas que consultan en sexología.
¿Por qué se consulta más? Porque no quieren tener más sexo sin ganas, cosas que antes no ocurría, lo hacían igual, (débito conyugal). Hoy se animan a decir no quiero y acarrea bastantes problemas en la relación, por lo tanto quieren resolverlo.
Qué pasa en esta época de la revolución sexual
Los anticonceptivos aparecieron en 1950, Master y Jonson, publicaron la respuesta sexual humana en 1966. La fisiología y las terapias sexuales crecieron juntas, pero el conocimiento de la población(en lo sexual) no es mucho mayor que en 1948, cuando Alfred Kinsey y sus colaboradores, escandalizaron a los estadounidenses con sus investigaciones sobre las conductas sexuales de la sociedad de EE. UU.
Aún hoy nuestra cultura, aparentemente abierta sexualmente, sabe muy poco a la hora del encuentro erótico. Dice Airon Rey que los cambios de lo9s años cincuenta y sesenta, liberaron nuestras conductas, más que nuestras creencias. Esto lo detectamos los sexólogos a la hora de las consultas, creencias que muchas veces obstaculizan el buen resultado de las terapias.
Los hombres consultan en forma encubierta
La frecuencia de consulta por parte de las mujeres aparenta ser mayor al 40 por ciento contra un 20 por ciento de los varones, estos porcentajes tienden a igualarse si pensamos que muchos hombres consultan en forma encubierta, manifestando cansancio, depresión o una dificultad en la erección y se constata que en realidad tienen una falta de deseo sexual.
Las mujeres consultan más alrededor de los 30 y 40 años, muchas después de varios años de tener el síntoma (manteniendo relaciones sin ganas y fingiendo a veces los orgasmos) y los varones alrededor de los 40 y 50 años.
El deseo que es la preparación para lo que viene luego en una relación sexual, tiene que ver con la predisposición, las fantasías sexuales, las ganas simplemente de algo erótico.
En algunos casos la baja del deseo sexual lo manifiesta la persona y en otros casos no responde cuando el compañero o compañera lo sugiere; a veces sucede en determinadas situaciones o circunstancias o con determinada pareja.
Factores que pueden causarlo:
Biológicos
Problemas hormonales (testosterona, tiroides, prolactinas) medicamentos (antidepresivos), enfermedades en general, cambios evolutivos (embarazos, postpartos, lactancia, menopausia, andropausia), alcoholismo, drogas ilegales, entre otras.
Psicológicos
Estados depresivos, pérdidas afectivas, baja autoestima, cambios figura corporal, estrés, malas experiencias sexuales, falta de gratificaciones sexuales.
Mala relación de pareja
Son la mayoría de las veces la causa más frecuente, los enojos, intolerancia, malos tratos, desvalorizaciones. Relaciones sexuales frecuentemente insatisfactorias, rutina, separaciones. Si bien es necesario el funcionamiento del sistema nerviosos y sus neurotransmisores, estos estarán influenciados por las emiciones, las memorias, las experiencias, los frenos y las libertades y el entorno social.
Cuando una persona o pareja llega a la consulta por una disfunción del deseo, seguramente ya pasó por otros profesionales de otras especialidades y ha sido medicada generalmente con sustancias para disminuir el estrés, vitaminas, ansiolíticos, hormonas y se olvidaron de incursionar en otros malestares de la pareja que casi siempre son el punto de partida de las disfunciones del deseo, y que los interesados tratan de ocultar la mayoría de las veces.
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